Indice
- Mar, Marasmo, Maravilla
- La Jaibera
- Cuerpos de agua
- Cangrejo fue a estudiar
- Cuando calienta el sol
- La Marea Sube
- Equilibrios
- El Sabor de los Colores
- Jaibera
- Strong Currents Bring Us Here
- Diáspora: añoranzas, posibilidades y resistencias
- Gracias a la tierra que el mar no nos suelta
- Embodied cadencia: a letter to María
- El océano como un espacio político de placer
- La Diosa de Escamas Espera
- Filosofía Garínagu sobre Ganbiruwa
El Sabor de los Colores
Marcel Cabrera Pérez
¿Qué fuera la tierra si se secara el mar?
¿Qué fuera el buceo sin sus arrecifes de coral?
Las olas en reverse marchan hacia atrás,
como huyendo de nuestra cruel y feroz humanidad,
que es desigual hasta la hora de bañarnos.
Basta con recordar algunas playas de antaño,
donde si los tonos se mezclaban brotaba el regaño
como rayo que irrumpía separando al rebaño.
Y es el mismo pastor que nos extrae los recursos,
que nos pesca los peces y nos devuelve un insulto.
Somos tiburones sin aletas todavía,
porque la naturaleza subordinamos a la economía.
Ya lo dijo la gran Sonora Matancera:
“… en el mar la vida es mas sabrosa…”
Esboza un nuevo cuadro pa’ que no falle la idea,
que la matanza de especies me enrojece las mareas
y los derrames de petróleo al ecosistema tambalea.
Estamos en el tercer veril donde ya nadie da pie,
me lo recitó un delfín, y me hizo hincapié
que el fin de los de arriba es que seamos su basurero,
y no somos el depósito de nadie, ¡que lo entienda el carnicero!
Lejos de todo marketing y políticas de mentiras,
ventila la barbacoa que aquel manatí ya no respira.
Y si a ti no te da ira como el azul se contamina,
es porque te olvidaste de tu madre, la que te dio la vida.
Los océanos si que son cosa seria,
o sea no, se puede confundir con la sobras de la feria.
Ni ver criaturas de veinte metros en la sopa del Monday,
por eso las ballenas salen y enseguida se esconden.
Los portaaviones imperiales, ¡esos si son monstruos!
amenazando las costas como si fueran maremotos,
pa’ que después vengan los buques con su personal abordo
a vendernos contenedores, que contienen lo de nosotros.
Y así viajan los piratas por los siete mares,
saqueando los tesoros y arrasando los lugares.
Sus líneas cartesianas trazan lo navegado
como una jeringa que se infla, vaciando el otro lado.
Por eso a pesar de las tecnologías invasivas,
sigo del lado de la brisa y los caracoles,
como el salitre que se posa en los labios,
y como viejo sabio, da sabor a los colores.